Neurocirugía en paciente despierto y su manejo intraoperatorio: Reporte de caso.

Jaremko S.1, Campoy F.1, Mazzoleni A.1, Estanga S.1, Guarrera P.1, García Picasso D.1, Daud O.1

Filiaciones
1Hospital Bernardino Rivadavia, Ciudad autónoma de Buenos Aires, Argentina.

©2019 El(los) Autor(es) – Este registro pertenece a los Resúmenes de Trabajos Libres del Congreso CLASA 2019


https://doi.org/10.25237/congresoclasa2019.44 | PDF


Introducción: La neurocirugía con paciente despierto es una práctica
que existe hace más de 50 años, cada vez más segura. Sus beneficios son
posibilitar una resección más amplia de la lesión con mejor sobrevida, y
disminución del daño neurológico postquirúrgico, del tiempo de hospitalización,
del costo, y de complicaciones postoperatorias.

Descripción del caso: Paciente femenino, 62 años, 70 kg, 1,60
metros. Presenta meningioma recidivado, con afectación motora del hemicuerpo
izquierdo.

En el acto quirúrgico se realiza sedoanalgesia, monitoreo de PANI,
ECG, oximetría de pulso y capnografía a través de cánula nasal de oxígeno, dos
accesos venosos periféricos (18 y 16 G). Premedicación: 150 mcg de fentanilo y 2
mg de midazolam. Se coloca catéter en arteria radial izquierda para medición de
presión invasiva. Se infunde propofol 2 mg/kg/h y dexmedetomidina 0,04
mcg/kg/h.

Siendo el bloqueo de los nervios del scalp esencial para la
analgesia, los neurocirujanos la realizaron con 30 ml de bupivacaína con
epinefrina 0,25% + lidocaína con epinefrina 1%. Luego se colocó cabezal de
Mayfield previa infiltración.

La paciente mantuvo ventilación espontánea y respuesta al estímulo
durante todo el procedimiento. Las infusiones de propofol y dexmedetomidina se
suspendieron 15 minutos previos al mapeo cortical funcional (con estimulación
directa), para luego reiniciar infusión de propofol hasta el final de la
cirugía.

Información adicional: Cabe remarcar las consideraciones
preanestésicas y la selección de pacientes, clave en el éxito del procedimiento.
El exámen físico debe enfocarse en la vía aérea, ya que parámetros de vía aérea
dificultosa podrían contraindicar el procedimiento por su alto riesgo al momento
de perder la ventilación espontánea. Debe considerarse el perfil psicológico y
la capacidad de comprensión y cooperación del paciente.

Discusión: Dentro de las complicaciones más frecuentes en el
intraoperatorio están las convulsiones, la depresión respiratoria, nauseas y
vómitos, déficit motor y el dolor.

El manejo de la analgesia representa un desafío cuando está
relacionado con la estimulación de áreas de rica inervación como las meninges
donde no es posible infiltrar con anestésico local. Por lo tanto, el único
recurso disponible es la analgesia endovenosa. Sin embargo, el riesgo latente de
apnea, especialmente con la utilización de opioides hace necesaria la
utilización de otros agentes analgésicos y coadyuvantes.

Mientras nosotros elegimos una técnica de sedación consciente
durante todo el procedimiento, los distintos anestesiólogos tienen sus prácticas
preferidas para este procedimiento, entre ellas anestesia local, técnicas de
dormido-despierto-dormido y dormido-despierto. Ninguna ha demostrado ser
superior.

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