Síndrome de cauda equina por hematoma espinal post anestesia raquídea: reporte de caso

Pirez Gornatti V.1, Campos Silveira C.1, de Camargo Carotti A.1, Criscuolo Miksche L.1, Mateus Serzedo PS.1, Coelho Barroso F.1

Filiaciones
1Clínica de Anestesiología de Ribeirão Preto, Ribeirão Preto, Brasil.

©2019 El(los) Autor(es) – Este registro pertenece a los Resúmenes de Trabajos Libres del Congreso CLASA 2019


https://doi.org/10.25237/congresoclasa2019.45 | PDF


Introducción: Los hematomas espinales son raros, pero pueden causar
secuelas neurológicas permanentes si no se tratan de forma adecuada.
Generalmente, ocurren en anestesias raquídeas con punciones traumáticas y
múltiples. El diagnóstico y el tratamiento precoces son fundamentales para el
buen pronóstico neurológico.

Caso clínico: Mujer, 64 años, hipertensa, tratada con losartan e
hidroclorotiazida. Indicación quirúrgica de reparo de meseta tibial izquierda
por fractura de tibia tras caída. En anticoagulación profiláctica con heparina
de bajo peso, suspendida doce horas antes del procedimiento. Pruebas de
laboratorio sin alteraciones. Realizada anestesia raquídea, 17 mg de bupivacaina
isobárica, aguja Quincke 25 Gauge, punción mediana única en L3-L4. La
intervención duró 210 minutos. Luego, la paciente pasa a sala de recuperación
post operatoria. Después de 3 horas, alta anestésica para enfermería sin quejas
y AK 10 puntos. 10 horas después del alta anestésica presento anuria y pie caído
bilateral, parestesia en cela y ausencia de reflejo cutáneo plantar bilateral.
Realización de resonancia nuclear magnética, que mostro lesión compresiva
subdural a la altura de la punción. Diagnosticado síndrome de cauda equina por
hematoma subaracnoideo compresivo. Paciente encaminado para cirugía,
laminectomía descompresiva, 18 horas después del inicio de los síntomas. En el
primer post operatorio, resolución completa de la parestesia, aumento del grado
de fuerza en miembros inferiores y control del esfínter urinario.

Discusión: El síndrome de cauda equina tiene una frecuencia
aproximada de 0,1 en 10.000 bloqueos. Se relaciona con la vulnerabilidad de las
fibras lumbosacras a grandes dosis de anestésicos locales y otras sustancias
potencialmente neurotóxicas, como ser la sangre. La gravedad y extensión de la
lesión son factores de incidencia en la recuperación, la demora en la
intervención está relacionada con la persistencia de las secuelas. Los datos aún
no son suficientes para indicar el mejor procedimiento para los pacientes. Una
revisión de 647 casos muestra que la intervención quirúrgica fue más efectiva
cuando en las primeras 6 horas del inicio de los síntomas, pero muestra no
existir diferencia en los resultados cuando la intervención neuroquirúrgica
ocurre después de 6 horas comparado al tratamiento conservador.

Conclusión: Es importante la práctica anestésica segura con el fin
de perfeccionar la prevención de los hematomas y desarrollar la sensibilidad
hacia el diagnóstico precoz. En cuanto, al tratamiento, todavía no hay datos que
afirmen el mejor tipo de intervención.

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