Dr. Jorge Urzúa

Guillermo Lema Fuxman1,*

Información y Correspondencia
Filiaciones
1 Profesor, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Austral de Chile, Director Programa de Farmacología y Toxicología, Facultad de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.

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Revista Chilena de Anestesia Vol. 52 Núm. 7 pp. 637-637|https://doi.org/10.25237/revchilanestv52n7-01
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Doctor Jorge Urzúa


Amigas y amigos,

Hace algunos días, el Dr. Jorge Urzúa, mi amigo, nos dejó. En calma, sin terapias inconducentes, como el siempre quiso.

Maestro de la Anestesiología chilena, Profesor, docente, formador de muchas generaciones de anestesiólogos en Chile y de otras partes del mundo. Jorge fue parte del desarrollo de la anestesia cardiovascular desde sus inicios, en Chile. Integrante del equipo de anestesia para cirugía cardíaca y vascular en el hospital clínico de la Pontificia Universidad Católica.

Trabajó en el Departamento de “Artificial organs” de la Cleveland Clinic y también en el Departamento de anestesia cardiovascular de esa institución.

Todos los que fueron formados con él, lo recuerdan, exigente, demandante, cuidadoso y respetuoso con sus pacientes y su entorno. Siempre defendió a sus becados, aunque eso le significara discusiones por otro lado, o con otros docentes.

Querido por muchos. A veces controvertido, si, pero, ¿quién de nosotros no lo es?, para que decir de otros colegas con los que trabajamos.

Sus logros académicos fueron muchísimos:

Profesor Titular de la Facultad de Medicina y de la Escuela de Ingeniería de la PUC. Fue miembro de las Comisiones de carrera académica de ambas Facultades. Perteneció a la Comisión de graduados y al Consejo de Facultad. Director del Centro de Investigaciones Médicas. Jefe del Departamento de anestesiólo- gía. Fue nombrado hace años, presidente de Conycit. Perteneció a muchas Sociedades de anestesia cardiovascular, en Latinoamérica, EEUU y Europa. Miembro activo por muchos años de la WFSA. Fue conferencista en muchas partes. Enemigo de las conferencias extensas y complejas, acucioso en la ortografía de sus “slides”. Siempre nos decía “ las presentaciones deben ser simples y sin errores de ortografía”. Hace 12 años fue nombrado Maestro de la Anestesiología chilena en una ceremonia en Termas de Chillán y tuve el honor de presentarlo en esa oportunidad.

Fue presidente de la Sociedad y Editor de nuestra Revista. Se sentía muy cercano a la Sociedad porque creía que apoyándola la especialidad solo crecería. Decenas de publicaciones y conferencias en distintas partes. Nunca decía que no. Muchos de los

antiguos “trabajos de ingreso” a la Sociedad fueron tutorados por el.

Finalmente, Jorge fue Vice-Decano de la Universidad Santo Tomas y luego a cargo de investigación en la Universidad del Desarrollo. La investigación le encantaba y trabajó mucho en temas de anestesia cardiovascular y de fisiología, en una época sin computadores ni “paquetes estadísticos” Sin embargo, en sus últimos años en la PUC, siempre reiteraba que la buena investigación debía hacerla personal entrenado en esa área. Pertenece a una generación dorada de la anestesiología a la cual la anestesiología y todos nosotros le debemos mucho: Prof. Cabrera, Dr. Jorge Dagnino, Dra. Ana L. Muñoz, Dr. Samuel Barros, Dr. H. Lacassie, Dr. Eduardo Alvarez, Carmen Luz González, Samuel Torregrosa, José de la Fuente, y otros (perdonen si no los cito a todos). Una generación que trabajó por desarrollar la especialidad con bases sólidas y ganando el respeto de la comunidad científica.

Su faceta de académico fue para todos lo más llamativo y consistente. Sin embargo, para muchos, me incluyo en primera persona, tuvo tiempo de compartir su faceta familiar, desconocida para muchos. Hijo, esposo, padre, abuelo. En privado siempre reconocía que le dedicaba mucho al trabajo en desmedro de la familia.

Con aquellos que fuimos quizás sus primeros discípulos (aquí me incluyo junto a Roberto Canessa) tuvimos tiempo de conversar de todo: de cocina, de literatura, de viajes, de política (tema complejo donde raramente llegábamos a acuerdo). Nos daba consejos, y o sorpresa, a veces nos pedía consejos, aunque no se si nos hizo caso alguna vez. Me junte con el poco antes de su fallecimiento. Lúcido y agudo como siempre.

Yo espero que el se haya marchado tranquilo, en un sueño como siempre me lo dijo.

Se va un grande, tranquilo y en paz. Sin esfuerzos terapéuticos innecesarios. Sus hijas e hijo respetaron su sentir.

Deja un espacio importante que solo puede llenarse con el recuerdo permanente de quién fue para muchos un gran docente, para mi y algunos otros, un padre y gran amigo.

Giorgio, gracias por todo.

Descansa en paz.

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