Dr. Renato Chacón 1
Rev Chil Anest Vol. 39 Núm. 3 pp. 186-186|doi:
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Sr. Editor
Durante el transcurso del XXXVII Congreso Chileno de Anestesiología, que se llevó a cabo en noviembre de 2009 en la ciudad de Coquimbo, hubo un altercado en que se vieron involucrados dos socios que cumplían funciones como moderadores de sesión de temas libres, los Drs. Carolina Asenjo y Héctor Lacassie Q. y dos socios que presentaban trabajos de investigación en esa sesión, los Drs. Paulina Carbonell y Víctor Contreras.
Dicho altercado, significó vivir un momento desagradable a todos sus participantes: En primer lugar a los Drs. Carbonell y Contreras, quienes se sintieron agraviados por opiniones vertidas en relación a sus investigaciones; en segundo lugar a los Drs. Asenjo y Lacassie, para quienes desarrollar su labor de moderadores debe haber significado un nivel de estrés altísimo; y ciertamente al público asistente que había ingresado a esa sala a conocer el trabajo investigativo de otros colegas y que en caso alguno deseaba vivir una situación de ese tipo. Prueba de ello es que finalmente tuvo que intervenir el Dr. Samuel Barros, asistente a la sesión y destacado socio y ex-presidente de la Sach, solicitando a los actores detener tal discusión.
Esta no es la primera vez en que -en relación a presentación de temas libres en el contexto de un congreso- existen ásperas discusiones entre sus participantes. Lo mismo no exime a este Directorio de hacer una autocrítica profunda respecto a las condiciones propiciadas por la Sach que permiten que las mismas ocurran.
La investigación nacional en anestesiología, expresada a través de la presentación de temas libres, es una activo importante de nuestro quehacer, y en consecuencia debe ser cuidada por todos nosotros y en particular por quienes dirigimos transitoriamente la Sociedad de Anestesiología.
Dicho cuidado involucra otorgar un ambiente propicio a todos sus actores: en primer lugar a los investigadores, quienes deben acudir a presentar sus trabajos confiados de recibir un análisis riguroso pero respetuoso de los mismos; en segundo lugar a los evaluadores, quienes deben contar para su valiosa labor con el apoyo de un reglamento claro y transparente; y finalmente a los asistentes, quienes producto de lo mismo deben confiar en asistir a una actividad grata.
En línea con estas necesidades, el Directorio ha encargado al Comité de Investigación elaborar un reglamento preciso que regule la evaluación y selección de temas libres. Este Comité ha desarrollado una labor de primer nivel que ha significado: habilitar una plataforma electrónica de recepción y evaluación de temas libres y redactar un nuevo reglamento de evaluación tanto de resúmenes como de presentaciones en sala.
Sin embargo, sabemos que estas medidas no son suficientes, si no se cumplen otras dos condiciones: investigadores dispuestos a discutir sus trabajos con la disposición de recibir críticas en forma constructiva, y evaluadores y público en general dispuesto a expresar esas críticas en forma respetuosa y prudente.
Por de pronto, a la Sociedad de Anestesiología le corresponde asumir su responsabilidad en los hechos acontecidos en el congreso pasado. Por lo mismo, pedimos disculpas a todos los actores -expositores, evaluadores y público- por haber propiciado en parte la situación a que se enfrentaron. En particular, solicitamos disculpas a los Drs. Carbonell y Contreras, quienes jamás debieron haberse sentido agraviados o injuriados por las opiniones que se hicieron en relación a sus investigaciones.
El Directorio no se puede hacer cargo de la reconstrucción de las relaciones interpersonales, pero espera que esta carta sirva para recuperar la confianza de los Drs. Carbonell y Contreras en nuestra Sociedad.
