Dr. Raúl Daniel Trotta1
Rev Chil Anest Vol. 40 Núm. 2 pp. 142-149|doi:
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Introducción
La técnica utilizada para el tratamiento perinatal de la gastrosquisis, consiste en el cierre primario y sin anestesia general del defecto de la pared abdominal, con el soporte de la circulación feto placentaria en el minuto “cero” de vida. Dos condiciones son determinantes: contar con diagnóstico prenatal antes de las 32 semanas, y que el feto no presente malformaciones asociadas. El procedimiento se fundamenta en que la gastrosquisis, se comporta como una gran hernia atascada que comienza a estrangularse en las últimas semanas de gestación. Una cesárea electiva entre las semanas 34 a 36 y la utilización de ésta técnica favorecería el retorno visceral antes de que las asas se modifiquen dilatándose y volviéndose rígidas.
Objetivo General
Lograr analgesia y sedación en recién nacidos portadores de gastrosquisis, intervenidos quirúrgicamente mediante la técnica simi-exit utilizando remifentanilo en la madre.
Material y Métodos
Se practican en todos los casos cesáreas con anestesia subaracnoídea + oxígeno al 50% con máscara. La analgesia y sedación neonatal se realizó a través de la madre mediante remifentanilo administradas por TCI (no existe farmacocinética desarrollada en embarazadas). Cargando sus datos a la Base Primea (peso, edad y altura), se comenzó la infusión una vez asegurada la analgesia raquídea (bupivacaína 8 mg + fentanilo 20 µg). La dosis de comienzo fue de 0,05 µg /kg/min hasta alcanzar 0,1 µg/kg/min, momento en que las pacientes manifestaban sentirse tranquilas y sedadas. La duración total de la infusión fue entre 15 y 17 minutos. Se suspendió la administración de la droga al cesar el latido del cordón constatado por el obstetra.
Resultados
A nivel anestesiológico, la determinación de utilizar un opiáceo por vía endovenosa como el remifentanilo a dosis sedativas en la madre se fundamentó en los trabajos previos de Kan y cols, aprovechando las ventajas que otorga la farmacocinética de la droga por su rápida metabolización por esterasas plasmáticas. A esto se suma el elevado volumen de distribución fetal, el cual asegura una rápida distribución y caída de los niveles plasmáticos por debajo de valores que no produzcan depresión respiratoria posterior al cese del latido del cordón umbilical. Asimismo se utilizó TCI, modalidad que permitió administrar las concentraciones deseadas en la madre y que produjeran en el feto el efecto deseado, posibilitando que se mostrara menos reactivo y sin evidencias de dolor, con la consiguiente contribución a la facilitación del reintegro visceral al abdomen.
Conclusiones
La innecesaria intubación endotraqueal en la cirugía, sumada a la no utilización de ARM postoperatoria, agregan un elemento pronóstico clave a favor de ésta técnica en el mejoramiento de la evolución de estos pacientes. La falta de complicaciones referidas a la técnica quirúrgica empleada, a la muy buena analgesia y sedación lograda en los recién nacidos, objetivo principal de este trabajo, y la buena evolución clínica obtenida, agregan un nuevo desafío a los grupos interdisciplinarios propuestos para el tratamiento de estos pacientes en la búsqueda de nuevos conocimientos.