Juan Carlos de la Cuadra F. 1 y Marcia Corvetto A. 1
Rev Chil Anest Vol. 40 Núm. 3 pp. 224-229|doi:
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El dolor postquirúrgico es aún un problema difícil de resolver. Entre el 75 y 80% de los pacientes experimenta dolor en el curso del período postoperatorio 1 . La mayoría de ellos califica este dolor como moderado o severo, aún en el segundo día postoperatorio 2 . Estas consideraciones no sólo deben preocuparnos desde un punto de vista humanitario. El dolor frecuentemente es causa de retrasos en el alta, readmisiones no programadas, afectando así la recuperación, la satisfacción de los pacientes e incrementando los costos.
Los bloqueos continuos de nervio periférico (BCNP) permiten extender la analgesia por el tiempo que se desee, por lo que, resultan muy útiles en el manejo postoperatorio de cirugías moderada o intensamente dolorosas. En el meta-análisis de Richman, el uso de BCNP se asoció a mejor analgesia postoperatoria, ahorro en el uso de opioides y disminución de sus efectos indeseados, al compararse con analgesia estándar 3 . Individualmente, varios estudios han demostrado beneficios en la rehabilitación postoperatoria 4 , los tiempos de hospitalización 5 , y en la satisfacción de los pacientes 6 .
Recomendaciones
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Indicación de Catéter/Selección de paciente
La indicación del uso de analgesia regional continua debiera basarse en una evaluación del beneficio versus costo-riesgo. El beneficio primario es la intensidad y el tiempo de duración (mayor a 24 horas) de dolor esperado para la cirugía propuesta. Los beneficios secundarios, muchos relacionados con el manejo de dolor son: facilitación de la recuperación postoperatoria en términos de cooperación con la rehabilitación, deambulación, reinicio de la alimentación y tránsito intestinal 7 ; además de la sensación de menor riesgo de complicaciones respiratorias y cardiovasculares no confirmados por trabajos randomizados. Por último, se ha sugerido el menor tiempo de hospitalización 5 . En relación al costo-riesgo, debe tomarse en cuenta el costo propiamente tal de los insumos utilizados y el costo de los recursos humanos necesario para el seguimiento. En cuanto a los riesgos, debe evaluarse la posibilidad de complicaciones tanto en su instalación como en su uso. Debido a lo anterior, la mayoría de los anestesiólogos restringe su uso a cirugías donde el dolor no es manejable con técnicas menos invasivas (analgesia oral) o en pacientes con intolerancia a analgésicos alternativos (náuseas secundarias a opioides) 8 .
Actualmente hay cirugías en las cuales hay poco debate en cuanto al beneficio e indicación del uso de BCNP, por ejemplo, artroplastía de hombro. Sin embargo, esta indicación siempre puede variar de acuerdo a características concretas de pacientes individuales, aspectos institucionales y del equipo quirúrgico particular.
Dentro de las indicaciones generales para la realización de BCNP destacan las siguientes 9 :
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Cirugías asociadas a intenso dolor postoperatorio: cirugía ortopédica mayor, malformaciones de pie o mano, osteotomías, elongación femoral, amputaciones.
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Cirugías asociadas a terapia física dolorosa o necesidad de manejo prolongado de dolor postoperatorio: plastías de ligamentos, artrolisis de rodilla o tobillo, hombro congelado.
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Adicionalmente, existen reportes de uso de BCNP para inducir simpatectomía y vasodilatación en síndrome doloroso regional complejo como también para aumentar el flujo sanguíneo después de accidentes vasculares, reimplante digital, salvataje de extremidad y alivio de vasoespasmo en enfermedad de Raynaud 10 – 14 .
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Contraindicaciones
En cuanto a las contraindicaciones, las causas más comunes incluyen infecciones en el sitio de punción y alergia a anestésicos locales 15 . En niños, Dadure agrega septicemia y meningitis, trastornos de coagulación, uso de anticoagulantes y la negativa de los padres o niños 9 .
Específicamente con respecto a la coagulación, la Sociedad Americana de Anestesia Regional (ASRA) recomienda en su consenso que el uso de catéteres perineurales en presencia de terapia anticoagulante debe hacerse de la misma forma que los catéteres neuroaxiales 16 . No obstante, se debería evaluar caso a caso la indicación de BCNP, tomando en cuenta los riesgos y beneficios del procedimiento, el tipo de terapia anticoagulante y el sitio de punción, considerando la profundidad del bloqueo y la compresibilidad del sitio de punción.
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Instalación
En la Tabla 1 se presentan las recomendaciones más habituales en relación a la instalación de los catéteres perineurales. Varios de estos aspectos se encuentran desarrollados en otros artículos de este número de la Revista Chilena de Anestesia. En opinión de los autores, sin embargo, las siguientes consideraciones deben destacarse:
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El lugar físico debe estar adecuadamente preparado, si es en pabellón o en una sala de “preanestesia”, dependerá de la administración de recursos de cada institución.
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Debido a que el catéter perineural quedará in situ por algún tiempo, el procedimiento debe ser estéril. El uso de delantal estéril debiese considerarse una obligación. El campo estéril se realiza con lavado, pincelación y el uso de un plástico transparente estéril que cubra la zona (transparente para posibilitar la visualización de la extremidad sobre todo si se usa neuroestimulación).
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La tunelización tiene finalidad de mejorar la fijación, disminuyendo el riesgo de retiro accidental, no de disminución de las infecciones.
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El parche estéril debe ser idealmente transparente para poder controlar el sitio de entrada y poder comprobar eventuales desplazamientos.
Tabla 1 Recomendaciones más habituales en relación la instalación de los catéteres perineurales
Instalación de Catéter |
– Consentimiento informado |
– Paciente despierto o sedado pero colaborador |
– Técnica aséptica con uso de delantal |
– Neurolocalización por click fasciales, neuroestimulación o ultrasonido |
– Catéter ciego o neuroestimulación |
– Introducción catéter no más de 5 cm |
– Fijación con tunelización |
– Uso de filtro antibacteriano |
– Cubrir con parche estéril transparente |
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Infusiones
El manejo clínico de los catéteres es posible a través de diversas alternativas: bolos intermitentes por el anestesiólogo, infusiones continuas fijas y uso de sistemas controlados por el paciente (PCA). La mayoría de los estudios concluye que los mejores resultados se obtienen con PCA con infusión basal más bolos de rescate. Dosificaciones sugeridas se encuentran en la Tabla 2. El objetivo ideal es obtener analgesia al movimiento o esfuerzo con una intensidad en la escala verbal igual o menor a 3 (escala de 0 a 10) con el menor bloqueo posible. El uso de BCNP no implica el abandono de técnicas de analgesia multimodal, como por ejemplo, uso concomitante de paracetamol y antiinflamatorios no esteroidales.
Tabla 2 Esquemas de infusión continua catéter perineural
Anestésico Local |
Bolo inicial (mL)/ concentración (%) / |
Velocidad infusión continua (mL•h-1)/concentración (%) |
Bolo de Rescate (mL) |
Lockout (min) |
Bupivacaína | 10 – 40/ 0,2 – 0,5 | 3 – 10/ 0,1 – 0,25 |
3 – 10 |
20 – 60 |
L-Bupivacaína | 10 – 40/ 0,2 – 0,5 | 3 – 10/ 0,1 – 0,25 |
3 – 10 |
20 – 60 |
Ropivacaína | 10 – 40/ 0,5 – 0,75 | 3 – 10/ 0,2 |
3 – 10 |
20 – 60 |
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Seguimiento
Los pacientes con analgesia regional continua deben ser evaluados. Es importante recordar que un sistema continuo no es para facilitar nuestro quehacer y evitar ser llamados. Existe cierta molestia en los cirujanos por el tiempo que ocupamos en realizar estos procedimientos y su costo, más aun si después fallan y no hay preocupación en el rescate de los pacientes con dolor. Idealmente los pacientes debieran visitarse 2 veces al día, determinando dolor en reposo y dinámico, intensidad y extensión del bloqueo, efectos adversos y condición del punto de entrada.
Es importante evaluar en cada visita el adecuado cuidado de la extremidad bloqueada, por el riesgo de compresión en la extremidad insensible, especialmente en el territorio de nervios vulnerables como el nervio cubital a nivel del codo, nervio radial a nivel mediohumeral, nervio peroneo común a nivel de la cabeza del peroné 8 . Especial cuidado se debe tener con la aplicación de calor o frío y con los elementos de inmovilización como cabestrillos, rodilleras, etc.
El seguimiento se facilita cuando se cuenta con un equipo dedicado y pautas de evaluación. Aunque no es una obligación tener un servicio de dolor para manejo de pacientes con analgesia regional continua, su existencia probablemente trae beneficios al paciente, a los anestesiólogos y los sistemas de salud. En la Tabla 3 se exponen aspectos a tomar en cuenta si se planea implementar un servicio o unidad de manejo de catéteres.
Tabla 3 Aspectos a tomar en cuenta si se planea implementar una unidad de manejo de catéteres
Seguimiento |
– Visita al menos cada 24 h |
– Inspección del sitio de entrada |
– Revisar puntos de apoyo para evitar compresión neural |
– Evaluar perfusión distal |
– Consignar signos vitales, EVA, sensibilidad y función motora |
– Instruir al paciente y personal de salud de avisar cualquier problema |
– Preocupación del cuidado general de los pacientes |
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Retiro
El retiro se indica cuando la medicación oral y/o parenteral es capaz de cubrir las necesidades analgésicas del paciente. Esto implica un período de cese de administración previo al retiro físicamente tal. Algunos autores recomiendan retirar los catéteres solo cuando la extremidad bloqueada ha recuperado completamente la sensibilidad 8 . Esta recomendación se basa además en poder evaluar síntomas neurológicos al momento del retiro puesto que teóricamente pudiera ocurrir daño en este proceso.
Cuando se ha tunelizado con un puente de catéter descubierto, primero debe extraerse el extremo distal tirando del catéter en esta parte descubierta y posteriormente el retiro completo. Nunca cortar el catéter pensando que esta maniobra facilite su extracción, pues puede resultar en retracción y ocultamiento en el tejido subcutáneo 17 . La Tabla 4 resume las recomendaciones más habituales en relación al retiro del catéter.
Tabla 4 Recomendaciones para el retiro de catéteres
Retiro de Catéter |
– Procedimiento estéril |
– Nunca cortar el catéter |
– Retirar el catéter cuando se haya recuperado sensibilidad |
– Si desea dar un último bolo antes de retirar evaluar que el catéter no provoque molestias al intentar retirar ni haya resistencia antes de dar el bolo |
– Si se hizo tunelización retirar el extremo distal luego traccionar desde el extremo proximal |
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Recomendaciones específicas de catéteres ambulatorios
La puesta en marcha de un sistema ambulatorio no es fácil. Quizás lo más difícil sea el cambio cultural tanto para los profesionales de la salud como para los pacientes. De alguna forma implica delegar en el paciente aspectos del cuidado postoperatorio que tradicionalmente corresponden al médico. Aún cuando los pacientes ganan en autonomía, no todos ellos desean, o son capaces de aceptar la responsabilidad adicional que este tipo de técnicas implica.
Si bien hasta ahora no existen pautas para el manejo ambulatorio de BCNP, y mucho de lo que se hace se basa más en el “sentido común” o experiencia extrapolada del manejo de pacientes hospitalizados, hay algunos elementos que son fundamentales, como una adecuada selección de los pacientes. Sólo pacientes que entiendan los beneficios y potenciales riesgos inherentes a la técnica empleada son buenos candidatos, decisión que es siempre muy subjetiva. Especial cuidado es el caso de pacientes pediátricos, donde se debe realizar una adecuada selección tanto del paciente como de los padres. Es importante evaluar la competencia de los padres con respecto al manejo y cuidado tanto del niño como del catéter. Ludot estableció 7 requerimientos que debían tener los padres seleccionados, que incluyen: vivir a menos de 1 hora en auto del hospital, estar disponibles para ser contactados por el personal del hospital 24 horas del día, ser capaces de volver al hospital rápidamente si se requiere, ser capaces de entender la escala de dolor visual análoga, ser capaces de observar la bomba, el catéter y la piel desde donde sale el catéter y, ser capaces de observar probables complicaciones relacionadas a los anestésicos locales 18 .
La accesibilidad al hospital es un elemento a considerar, pese a que no constituye un requisito indispensable. Sin embargo, permite tener una adecuada capacidad de respuesta ante posibles complicaciones.
La evidencia disponible hasta ahora apoya el requerir la ayuda de un adulto responsable que actúe como cuidador durante el período de infusión y eventualmente, ayude con el retiro del catéter 19 , 20 .
Una educación detallada es fundamental, explicándoles los posibles riesgos, la forma de resolver los problemas, cuándo es necesario utilizar analgesia de rescate y en qué casos es necesario solicitar ayuda. Tanto el paciente como su cuidador deben entender que se está empleando un sistema eficiente para su analgesia postoperatoria, pero que no está exento de riesgos. La idea no es entregar a los pacientes un listado interminable de posibles complicaciones, muchas de ellas más bien teóricas. Algunos aspectos que vale la pena comentar con los pacientes son:
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Riesgo de lesión. Las caídas son un hecho fundamental de prevenir. La asociación de caídas con bloqueos lamentablemente es una realidad demostrada 21 . Los pacientes deben evitar apoyar peso sobre su pie, y deben estar alerta a potenciales daños derivados del bloqueo sensitivo de este en contacto, por ejemplo, con superficies muy frías o calientes o la simple falta de cambios de puntos de presión.
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Infección. Pese a que varios estudios demuestran que la colonización es un evento frecuente, la infección es un evento raro en los catéteres perineurales 22 , 23 . Los pacientes sin embargo, deben estar atentos a signos precoces de inflamación/infección en el sitio de punción, como dolor, enrojecimiento o descarga purulenta, y ser instruidos para consultar en tales casos.
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Desplazamiento o migración de los catéteres. Es probablemente el problema más frecuente, y la principal causa de fracaso de la técnica, especialmente en ciertos sitios de punción muy móviles o en los que la fijación resulta difícil.
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Toxicidad sistémica. El riesgo de toxicidad sistémica por anestésicos locales (AL) es un evento raro, serio, y pese a estar relacionado principalmente al bolo inicial de un bloqueo, siempre debe tenerse presente cuando se administran infusiones continuas 24 . Los pacientes y sus cuidadores deben recibir y entender cabalmente las instrucciones respecto a síntomas precoces de intoxicación por AL, y ser capaces de interrumpir la infusión a la espera de las instrucciones del médico.
Los pacientes deben recibir instrucciones expresas y por escrito respecto a las posibles complicaciones y a su manejo inicial. El documento escrito debe incluir signos clínicos que sugieran posibles complicaciones y por los cuales deban consultar, qué hacer en caso de inadecuado manejo del dolor, cuidados de la bomba y del catéter y la forma en la que se debe realizar el retiro del catéter.
La mayoría de los protocolos de seguimiento consideran un control telefónico al menos diario mientras la bomba esté funcionando. En nuestro centro los pacientes son llamados por teléfono diariamente para evaluar dolor, bloqueo tanto motor como sensitivo y complicaciones. El día del término de la infusión además se calcula el momento en que la extremidad recupera sensibilidad y se les llama antes y después del retiro del catéter.
Nuestra experiencia en el empleo de BCNP en pacientes ambulatorios, tanto adultos como pediátricos, nos ha permitido concluir que la adecuada selección de los pacientes, la educación detallada y la disponibilidad de contacto continuo, son los 3 pilares fundamentales para un adecuado funcionamiento del sistema 25 .
En la Tabla 5 se enumera una serie de recomendaciones a seguir en el caso de querer implementar la técnica de manejo de catéteres perineurales continuos.
Tabla 5 Recomendaciones para implementar el manejo de catéteres perineurales continuos
Implementación manejo de catéteres perineurales continuos |
– Generar protocolos |
– Generar instructivos |
– Generar registros |
– Generar consensos con equipos de salud involucrados (equipo dolor, cirujano, enfermeras) |
– Educación al personal de enfermería |
– Marcha blanca |
– Evaluación de resultados y problemas de marcha blanca |
– Implementar plan definitivo |
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