Pirez Gornatti V.1, Campos Silveira C.1, Faleiro Rodrigues L.1, Coelho Barroso F.1, Mateus Serzedo PS.1, Criscuolo Miksche L.1
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https://doi.org/10.25237/congresoclasa2019.43 | PDF
Introducción: La cirugía videolaparoscópica se caracteriza por ser
una intervención mínimamente invasiva. Utiliza la electrocauterización, la cual
se rige por un conjunto de leyes físicas que determinan el camino que seguirá la
corriente. Se han reportado eventos adversos cuando se utiliza la
electrocoagulación, especialmente al utilizar el sistema monopolar.
Caso clínico: Hombre, 38 años, PS1, reflujo gastroesofágico y
esofagitis con indicación de cardioplastía. Exámenes preoperatorios sin
alteraciones. Técnica anestésica, venosa total. En el intraoperatorio, durante
la disección del esófago abdominal, en la región subdiafragmática izquierda, con
electrocauterización monopolar en coagulación 40V, el paciente evoluciono en
fibrilación ventricular. El procedimiento fue interrumpido e iniciadas las
maniobras de resucitación cardiopulmonar seguidas de desfibrilación con 200 J,
se logró el regreso de la circulación espontanea. El procedimiento fue abortado,
el paciente encaminado a la unidad de cuidados intensivos, lúcido y estable.
Luego de 24 horas en observación, recibió alta.
Discusión: La electrocauterización tiene la capacidad de generar
efecto de corte o coagulación y puede ser utilizada en sistema monopolar o
bipolar. El monopolar es el más utilizado, en este, se utiliza un electrodo
activo para conducir la corriente, y un electrodo de dispersión, la placa.
Bastante tejido está expuesto a la electricidad, ofreciendo mayores riesgos. En
el sistema bipolar, los electrodos están separados por una pequeña distancia, de
1 a 3 mm, limitando el flujo de la corriente. Las lesiones ocurren con mayor
frecuencia en donde está situada la placa, así como, en sitios que funcionan
como vía alternativa para la dispersión de electricidad. La región del corazón,
por ejemplo. El miocardio es sensible a frecuencias entre 30 Hz y 110 Hz. La
corriente puede producir un arco entre el tejido y el electrodo, ocurriendo
cambio de alta a baja frecuencia (50-60 Hz), lo que puede inducir fibrilación
ventricular. Además, este efecto es facilitado por la baja resistencia del
tejido miocárdico debido su alta vascularización.
Conclusión: Es fundamental seguir las normas de seguridad. El
correcto posicionamiento de los electrodos. Evitar el contacto con objetos
metálicos. Utilizar la potencia más baja posible para lograr el efecto deseado.
La ubicación de la placa dispersiva debe estar lo más cerca del sitio
quirúrgico, en una zona bien vascularizada y con mayor masa muscular, para una
mejor conducción eléctrica. Cuando utilizamos el sistema monopolar, asegurarse
de que la distancia entre los electrodos activos y dispersivos sea lo más corta
posible y no cruce el eje cardíaco.